Voy a decirte algo que igual no te gusta…
pero te va a ahorrar años dando vueltas como una peonza.
No engordas porque comas “mal”.
Engordas porque llevas años haciendo las cosas sin orden.
Y no, no es culpa de tu edad, ni de la menopausia,
ni de que “tu cuerpo ya no responde”.
Es más simple.
Y por eso mismo jode.
La pérdida de grasa funciona como una cuenta bancaria.
Entras dinero → comida
Gastas dinero → movimiento
Si entra más de lo que sale…
la grasa se queda a vivir contigo.
Hasta aquí nada nuevo.
El problema viene cuando haces esto (que lo veo TODOS los días):
Comes poco
Entrenas “a ratos”
Estás cansada
Y encima te sientes culpable cuando comes algo normal
Resultado:
ni bajas grasa
ni tienes energía
ni confías en ti
Ahora escucha esto, que es importante.
Dato de valor real (no de Instagram):
el músculo es el tejido que más energía gasta en reposo.
Más que salir a andar.
Más que hacer cardio.
Por eso entrenar fuerza NO es opcional si quieres perder grasa
sin quedarte flácida y agotada.
El músculo es tu horno.
Si apagas el horno… da igual lo poco que comas.
Y ojo con otra cosa que nadie te cuenta:
Lentejas, garbanzos, verduras con volumen, agua y proteína
sacian MÁS que vivir a base de “comer poquito”.
Pasar hambre no adelgaza.
Te vuelve loca.
Y si encima duermes mal y vas estresada todo el día…
tu cuerpo no quiere ensaladas.
Quiere alivio rápido.
Azúcar.
Picoteo.
“Me lo merezco”.
¿El ayuno intermitente?
Una herramienta.
No una varita mágica.
Si te sirve, bien.
Si lo usas para compensar el caos… mal.
Y ahora te digo lo que nadie quiere oír pero todas necesitáis:
Si has tardado años en llegar aquí,
no vas a arreglarlo en 8 semanas.
La solución no es apretarte más.
Es jugar a largo plazo.
Entrenar fuerza bien.
Comer con cabeza.
Dormir mejor.
Y dejar de castigarte.
Si quieres que te ayude a ordenar todo esto
sin dietas raras ni entrenos absurdos…
respóndeme a este email con la palabra ORDEN
y lo vemos.
Y si este correo te ha removido un poco…
pásaselo a una amiga.
Seguro que lo necesita.
Un abrazo,
Alberto


