Este email es una alerta.
De las buenas.
De esas que te hacen abrir los ojos antes de que te la peguen por sorpresa.
Porque últimamente veo un desfile de “transformaciones express” que está haciendo un daño que no veas.
No voy a decir nombres ni mensajes exactos.
No hace falta.
No va por nadie en concreto…
va por todos los que están vendiendo humo.
Mensajitos tipo:
“Ponte en forma desde casa en 10 minutitos”
“Transforma tu cuerpo en 30 días”
“Pierde 5 kg mientras te haces un café”
Y claro… como todos repiten la misma cantinela,
pues ninguno destaca.
Pero eso no lo hace menos mentira.
Nos hemos acostumbrado a escucharlo, a tragarlo y a normalizarlo.
Y es triste, .
Si te pones a mirar redes con un poco de ojo crítico, verás que la cosa cada día está más fea.
Ahora resulta que entrenar en casa, con dos mancuernas del chino y un vídeo de TikTok,
es “igual” que entrenar con una rutina bien hecha en el gym.
Igual, dice.
Y encima en 20 minutos.
O en 10.
Vamos, que yo entrenando una hora, cuatro días a la semana, debo ser un cavernícola.
Y tú ya sabes:
cuando algo suena demasiado bonito pa’ ser verdad… es porque no lo es.
La pastillita mágica no existe.
Requiere priorizarse, requiere un tiempo como el que puedes dedicar a redes sociales y hacerlo fácil
Pero no, entrenar en casa es que no es ni parecido.
Hoy he ido a entrenar al gym un sábado a las 19.00 porque mañana lo dedico todo el día a hacer planes con mi pareja.
Hoy sábado, mejor dicho esta noche, he dormido menos que mi alumna Sonia que la pobre tiene muchas veces, descansos de mierda.
Ella en esto es maestra, me daría clases de cómo afrontar el día tras un día durmiendo apenas 4 horas.
Y ni de coña hoy hubiese entrenado en casa.
Ha sido llegar al gym a las 7.30 de la tarde, escuchar mi música, anotar mis repes y sentirme libre y fuerte.
Y sobre todo que cada dia tengo más confianza en lo que voy logrando y es porque la adherencia al gym.
Este correo te llegará probablemente sobre las 21.00
Eso sí,
Me da que por cosas que comentaré mañana, cambiaré el horario.
Ya te diré.
Un saludo!
Alberto Calzada.


