Te quiero hablar de una reflexión que me ronda mucho la cabeza.



Una que quizá tú también hayas vivido...



Hace años era más rata que Mickey Mouse. Siempre iba a por lo más barato.



Móviles, cosas del bazar, ropa, comida... Todo lo que pillara al precio más bajo.



¿Y qué pasaba?



Que me duraban menos que un trozo de pollo cayendo al suelo con Lucas cerca.



Eso sí que es velocidad.



Hoy mismo, un amigo me contaba que se compró un buen móvil, un iPhone, pero con la capacidad más baja.



¿Resultado?



Cada dos por tres tiene que borrar fotos, vídeos y apps. Otra vez lo mismo: lo barato sale caro.



Y esto me hace pensar en ti.



¿Cuántas veces más vas a ir a por la opción "barata" esperando un resultado diferente?



Quizás no han sido muchas dietas, pero dime cuántos veranos llevas sin disfrutar del bikini, por vergüenza o porque no te sientes cómoda con tu cuerpo.



Eso es lo que más duele.



¿Y la salud?

De esa nos acordamos cuando cuesta subir una escalera, o cuando te levantas del sofá y suena el famoso "ay mi lumbago".



¿Y qué haces?



La dieta milagro de tu amiga.



No, por dios. No más parches.



Si de verdad quieres resultados que te cambien la vida, necesitas tomar decisiones diferentes.



Y sí, eso incluye invertir en ti.



Porque lo bueno, bonito y barato… solo existe en los cuentos.



Si quieres dejar de tirar el dinero en soluciones rápidas que no duran, pulsa aquí. Mereces algo real.



PD: Apoyo, acompañamiento y estrategia. Esa es la diferencia entre volver a caer o cambiar de una vez por todas.

Responder

or to participate