Muchas veces intentamos buscar explicaciones súper complejas a cosas que nos pasan cada día…
cuando la causa suele ser muchísimo más simple.
Te pongo ejemplos reales que veo cada semana como dietista.
¿Te duele la cabeza a menudo?
Antes de pensar en algo raro, estrés crónico o historias hormonales…
pregúntate algo muy básico:
¿has bebido agua hoy o sigues sobreviviendo a base de café?
¿Estás engordando y te mueves igual que siempre?
Antes de culpar a la tiroides (la pobre siempre paga el pato)…
revisa lo básico:
quizá estás picando más entre horas sin darte cuenta.
¿No te concentras y estás siempre cansada?
A veces no es déficit de ninguna vitamina milagro.
Es exceso de pantallas…
y falta de descanso.
Como dietista te digo algo importante:
la ciencia no siempre es complicada.
De hecho, muchas veces empezar por lo simple es lo más inteligente:
✔ Beber más agua suele ser algo que no tenemos en cuenta y es que nuestro organismo necesita AGUA, pero tambien...
✔ Comer con un poco de orden.
✔ Meter proteína en las comidas.
✔ Dormir mejor.
✔ Y moverte, aunque no sea perfecto.
Luego ya afinamos.
Pero si lo básico falla, lo avanzado no funciona.
No necesitas hacerlo todo perfecto.
Necesitas dejar de ignorar lo simple.
Si quieres, respóndeme a este correo y dime:
para poder echarte un cable, y no muerdo!
Un abrazo,
Alberto


