El otro día a las 7 am que es cuando llego yo al gym,

Me topé con una chica un pelín perdida.

La vi desde lejos.

Miraba todo como si fuera otro planeta.

Y aunque intentaba parecer segura, se le notaba en la cara:
“Por favor, que nadie me mire. Que nadie me hable. Que acabe esto pronto.”

Se sentía incómoda. Como si no encajara.

No sabía usar las máquinas, le daba apuro preguntar, y sentía que todas las miradas se le clavaban si hacía algo mal.

Así que se iba directa al rincón de siempre.

Ese donde no molestas.

Ese donde te pones a hacer un circuito genérico con cara de "yo solo vengo a moverme un poquito y me voy".

La entiendo.

Porque en los gyms nadie te enseña a estar, solo te sueltan ahí dentro como si supieras manejarlo todo.

Y claro… pasa lo que pasa.

Te sientes un bicho raro. Te escondes. Y al final, dejas de ir.

Mira, si alguna vez te has sentido así, que sepas que no eres la única.

Pero también te digo algo:

💥 No naciste para quedarte en la esquina del gym.

💥 No estás ahí para repetir lo mismo de siempre sin resultados.

💥 No necesitas entrenar dos horas para empezar a notar cambios.

Solo necesitas que alguien te escuche, te entienda y te acompañe.

Eso es justo lo que hago con mis chicas en el programa "Cansancio Cero, Confianza Mil".

Porque aquí nadie se ríe, nadie se siente sola, y sobre todo... nadie se queda estancada.

¿Te gustaría empezar sin sentirte juzgada?

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