Este correo quizá te remueva un poco.
O quizá te ponga de mala leche.
Y lo entiendo.
No suele gustar cuando alguien te hace mirar algo que intentas no pensar demasiado.
Pero mira…
Hace unos días me enteré de que una prima lejana, 40 años,
falleció por muerte súbita.
Un palo seco.
De esos que te dejan en blanco mirando al techo sin saber ni qué decir.
Y cuando pasa algo así, se te enciende una bombillita dentro:
estamos aquí… y mañana no tenemos ni idea.
Los estoicos tenían una frase para esto:
MEMENTO MORI.
“Recuerda que morirás.”
A los generales romanos se la repetían para que no se fliparan,
aunque toda la ciudad estuviera gritando su nombre.
Un esclavo detrás, susurrando:
“Eres humano.
No eres invencible.
No te creas más de lo que eres.”
Y ahora viene el punto clave.
Tú dirás:
—Hostia, Alberto… ¿pero qué mierda me estás contando? ¿Otro dramón?
Ya, ya…
Suena exagerado, lo sé.
Pero déjame preguntarte algo, de verdad:
¿De verdad crees que esto no va contigo?
Porque si lo tuvieras tan asumido,
si lo sintieras aquí dentro, en el pecho…
no tratarías tu cuerpo como si fuera lo último de tu lista.
No lo machacarías con dietas imposibles.
No lo castigarías con entrenos que odias.
No te comería la culpa cada vez que te sales del guion.
Y sobre todo…
no pondrías a TODO el mundo por delante de ti.
La salud es más importante que cualquier cosa que estés pensando ahora mismo.
Sí, más que tu puto trabajo.
Más que quedar bien con todo el mundo.
Más que esas mochilas que cargas aunque ni siquiera sean tuyas.
Sin salud eres NADA.
Con salud eres TODA.
Cuídate.
Mímate.
Hazte prioridad.
MEMENTO MORI.
Pero también MEMENTO VIVERE: recuerda vivir.
Alberto Calzada
Si quieres empezar a cuidarte de verdad, sin locuras, sin culpas y sin dietas de penitencia, aquí puedes escribirme y te cuento cómo puedo ayudarte.


