Ya lo has intentado.



Una vez, dos… o veinte.



Y sigues con esa sensación de estar estancada.

De hacer las cosas “bien” y no ver resultados.

De empezar con ganas y terminar con frustración.



El otro día, una mujer canceló su videollamada conmigo a última hora.

Me había dicho:

“Alberto, no puedo más. Estoy con un nutricionista, pero nada cambia. Estoy agobiada.”



No se presentó.

Y lo entiendo.



Porque cuando llevas tanto tiempo intentándolo, lo último que quieres es otra decepción.

Otro intento más que te deje peor que al principio.



Pero es que el problema no eres tú.

El problema es que te han vendido que lo único que necesitas es una dieta.

Y lo que necesitas es sentirte fuerte, segura, libre de culpa.



La báscula no mide eso.

Una hoja con menús tampoco.



Eso lo construyes poco a poco.

Con un cuerpo que no te duele al levantarte.

Con rodillas que no protestan cuando subes escaleras.

Con la sensación de estar volviendo a ti.



Y sí, eso lleva su tiempo. Pero empieza con una decisión:

dejarte ayudar.



No necesitas otra dieta. Necesitas apoyo real.

Alguien que te escuche. Que te acompañe. Que entienda cómo te sientes.



Haz clic aquí si estás lista para dejar atrás todo lo que no te ha funcionado.



PD: Cuando te sientes entendida, avanzar ya no da tanto miedo.

Responder

or to participate