Hoy quiero hablarte de algo muy simple…
y que, aun así, te puede estar frenando desde hace años.



Normalmente empieza así:

«A ver si esta vez me va bien…»
«A ver si tengo suerte…»
«A ver si no lo dejo otra vez…»



Ese “a ver si” parece inofensivo, pero es justo lo que te mantiene cansada, sin energía y sintiendo que tu cuerpo no cambia por más que lo intentes.



Te lo digo con cariño:
cuando dices “a ver si puedo”, en realidad estás diciendo “no creo que pueda”.
Y tu cerebro lo compra sin rechistar.



Tus palabras importan.
Mucho más de lo que crees.



La forma en la que te hablas define la forma en la que actúas.
Y la forma en la que actúas determina cómo te ves, cómo te sientes y si avanzas o sigues en el mismo sitio.



¿Sabes cómo empiezan mis alumnas cuando realmente cambian?

«Voy a hacerlo.»
«Estoy cansada de estar cansada.»
«No sé por dónde empezar, pero quiero empezar.»
«Ya no quiero sentirme así.»



Ese pequeño giro es el inicio real del cambio.
No la dieta X.
No la rutina de moda.
No el gimnasio nuevo.



Tu mentalidad.
Lo que te dices cuando estás sola.
La decisión de dejar de esperar “suerte”.



Yo estuve 10 años sentado en una oficina, cansado, sin orden, sin saber comer y con cero energía.
Lo que me sacó de ahí no fueron los batidos mágicos ni entrenar hasta morir.
Fue cambiar mi discurso interno y comprometerme de verdad.



Si tú también quieres dejar de hablarte como alguien que espera…
y empezar a hablarte como alguien que consigue…



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Un abrazo,
Alberto

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