No hace falta que tengas un coche para saber lo cara que está la gasolina.
Pero lo que me preocupa no es lo que cuesta llenar un depósito…
Es la cantidad de energía que tú estás tirando cada día.
La que gastas cada vez que empiezas una nueva dieta con toda la ilusión…
y terminas frustrada una vez más.
La que pierdes repitiendo ciclos de restricción, culpa y castigo con la comida.
La que le estás negando a tu cuerpo por tener miedo a comer.
Y claro que estás cansada.
Es que llevas años funcionando en modo “ahorro de energía”
y aún así, sigues agotada.
Porque no es que tengas poca energía.
Es que la estás invirtiendo en el sitio equivocado.
Mira, te comparto 3 ideas prácticas que pueden ayudarte ya:
1️⃣ Come para tener energía, no solo para pesar menos.
Cuando comes poco, funcionas a medio gas.
Tu cuerpo no se adapta mágicamente.
Se apaga.
Empiezas a perder foco, fuerza, motivación.
Y encima, no ves resultados.
Comer suficiente no te hace débil.
Te hace capaz.
2️⃣ Empieza a moverte con cabeza.
No necesitas machacarte.
No necesitas pasarte una hora en el gym.
Con entrenos cortos (50-60 min), bien hechos, activas tu cuerpo.
Y vuelves a sentir que tienes el control.
El movimiento no es castigo.
Es medicina para tu energía.
3️⃣ Cambia el chip: no estás a dieta, estás cuidándote.
La palabra “dieta” ya te pesa solo de oírla.
Y lo entiendo.
Pero cuando empiezas a comer con lógica, sin prohibiciones, sin miedo…
tu cabeza respira.
Y cuando tu cabeza se libera, el cuerpo empieza a responder.
Eso es lo que trabajamos dentro de Cansancio Cero, Confianza Mil.
No se trata solo de perder peso.
Se trata de dejar de vivir agotada por intentarlo todo menos lo que de verdad funciona.
Aquí puedes empezar a recuperar tu energía de verdad.
PD: Seguir haciendo lo mismo esperando que un día funcione… también gasta energía. Y mucha.


