Te cuento una anécdota de hace unas semanas que me pasó en mi cuenta de Instagram.
Pues bien, resulta que hace poquito alcancé una cifra de seguidores redonda.
Concretamente 10 mil seguidores.
Esto pasó hace unas cuantos semanas pero me ha venido a la cabeza esto ahora y lo entenderás luego.
10 mil personas que siguen...
mis consejos…
que algunas ven mis directos…
que se suscriben a esta newsletter…
que apoyan mi cuenta...
¿Qué pasó?
Pues que anuncié por stories que había llegado a 10k,
y 10 minutos después veo cómo mi cuenta baja a 4 seguidores menos.
¿Cómo me sentí?
Por un pequeño instante:
raro…,
vacío…,
mal.
Porque me dije “bien, aunque sea un número, he alcanzado esa cifra”... Lo que fácil viene, fácil se va, o eso dicen.
Y te lo dice uno al que le hackearon su cuenta con casi 9k seguidores, una cuenta de 6 años en Instagram.
Bien, ahora con esto que te he comentado del número de seguidores, dale la vuelta a esta anécdota.
¿Cuántas veces te vienes abajo cuando el número sube?
La puñetera báscula tiene un poder increíble de cambiar tu día por completo.
O te jode el día porque no pesas 99, sino 100 kilos, o te alegras porque bajas de las 3 cifras.
Esto pasa mucho. Me pasó a mí con los seguidores en Instagram y te pasa a ti constantemente con la puñetera.
¿Ahora qué ha pasado en mi cuenta?
Todo ha vuelto a su cauce,
los seguidores siguen subiendo porque hay algo que gusta de mi contenido y también porque la publicidad que tengo va funcionando.
Sin más.
Lo mismito te digo a ti:
todo acaba yendo a su cauce.
Ese peso que no bajaba y ahora sí baja, es normal, porque eres una mujer...
con mil factores hormonales,
con mucho estrés…
con mal descanso…
con días de mierda…
Y...
Debes ser consciente de que el peso va a fluctuar como mis seguidores en mi cuenta.
Eso no debe cambiarte el día.
Si tu peso no para de subir y bajar como mis seguidores y te frustras constantemente por la puñetera, puedo quizás ayudarte.
Pulsa aquí si quieres que trabajemos juntos en tu confianza y bienestar, sin depender de una cifra.
PD: Te puedo ayudar, pero tú tienes que poner de tu parte. El enemigo no soy yo, es la báscula... y las redes sociales que te hacen ver cosas que no son.
